The Men Who Stare at Goats

the men who stare at goatsLa nueva película de director Grant Heslov te engancha de seguida con un aviso original y distinto a la tradicional “Basado en hechos reales”. Ya de por si se ve que esta película sera como mínimo distinto y original. Acto seguido la primera escena te lo confirma cuando vemos a Bob Wilton (Ewan McGregor) entrevistar a un hombre que dice que tiene poderes psíquicos y que una vez perteneció a una unidad secreta del ejercito llamado ejercito de la nueva tierra.  Wilton lo descarta como un loco y deja la historia atrás y toma la decisión de que si quiere conseguir buenas historias se tiene que trasladar a Iraq y ver la guerra en primera persona.

Bob se traslada hasta Kuwait y mientras espera sus credenciales para poder cruzar la frontera se encuentra con un hombre de lo mas extraño llamado Lyn Cassady (George Clooney). Lyn también era miembro del ejercito de la nueva tierra, y se lleva a Bob con él a Iraq para cumplir una misión secreta.
A partir de ese momento a ambos personajes les pasa una serie de locuras, algunas por azar, otros causados por su propia estupidez, pero los hechos no son lo importante en esta historia si no los propios personajes.

La historia va cambiando de presente a pasado para explicarnos el origen del ejercito de la nueva tierra, y ahí descubrimos cual era su función y los otros miembros de la unidad, dando especial atención a Bill Django (Jeff Bridges) el fundador, y Larry Hooper (Kevin Spacey) un novato celoso de los poderes del Sr. Cassady. Tanto la creación como las “misiones” de este ejercito especial son absurdas y surrealistas como los personajes que lo integran. Que nadie se espera una película de super héroes o de gente con super poderes si no de gente que cree que tienen poderes. Esa diferencia es uno de los detalles que hace que sea una gran comedia.

The Men Who Stare at Goats me recordó mucho a Burn After Reading de los hermanos Coen, en que te ríes mucho, los personajes son muy memorables pero acabas la película con la sensación de que no has aprendido nada.  Como también en la de los Coen, Heslov le da mucho ritmo, con muchas escenas de diálogos rápidos, de acción y muchos cortes para que el espectador no se pueda aburrir ni darse cuenta que la película realmente no va de nada. Aunque eso sea así, Goats es una gran comedia que  si alguien busca unas risas las encontrara aquí

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