El morbo y el atractivo de ver una película que trata una nueva guerra civil en un posible presente o futuro próximo de la primera potencia mundial es obvio y muchos directores lo abordarían desde primas muy distintos, incluso géneros. Ver a Alex Garland, el director de su fascinante opera prima ‘Ex Machina’, al frente del proyecto era ilusionante, a pesar de su decepcionante segunda película ‘Aniquilación’ y su proceso aún más decepcionante de ir a peor en cada proyecto que afronta. Pues con ‘Civil War’ sigue ese proceso casi incomprensible de uno de los directores que más prometían.
Es difícil de calificar ‘Civil War’ porque es difícil de vislumbrar qué pretendía Garland. No esperéis una película bélica (el cartel es también de lo más impostor en este sentido), ni un análisis de la sociedad norteamericana y por qué se llegó a una guerra civil, o una reflexión de que la polarización excesiva puede ser un polvorín. Nada de eso ocurre. Nada se sabe del por qué del conflicto, de los bandos, de las motivaciones, salvo alguna pincelada breve que no dejan de ser brochazos gordos. No cuela que esa es la intención, no contar nada o que las causas no importan para lo que quiere contar, o están implícitas en ciertas derivas político-sociales. Cómo se narra o la profundidad de los personajes no casan con todo ello, aunque el realismo de las imágenes (algo por otro lado muy arraigado ya en el cine actual y que ya no es meritorio) parece que está entusiasmando a muchos.
¿Qué es entonces ‘Civil War’? Pues real y parece que pretendidamente es una road movie de lo más manida con unos viajeros periodistas en busca de una primicia de lo más absurda viendo luego los acontecimientos, en medio de un escenario que más recuerda a una película de zombies pero donde no hay tales, sino mucha desolación, violencia e incertidumbre de qué encontrarse a continuación camino de Washington DC.
Reparto prometedor, resultado decepcionante
En cuanto a los personajes, una vez más decepción: todos están desaprovechados, sobre todo la protagonista Kirsten Dunst y Wagner Moura, dos actores que para esta película se podrían haber lucido y son, como en el resto, clichés manidos, en este caso de fotógrafos y corresponsales, la primera baqueteada por las guerras que ha cubierto; el otro al contrario, que disfruta incluso de estos conflictos y la vida que conlleva; y entre medias, otros dos clichés: el periodista veterano voz de la cordura y experiencia y la novata que comienza traumatizada por lo que ve y acaba siendo en pocos días de evolución la reportera más agresiva y casi fría, contrastando con una evolución contraria en la veterana que no se ve hasta el final, con una reacción absurda en una corresponsal de años de experiencia. Otra incongruencia más.
Y es que ‘Civil War’ está llena de ellas. Sí, mantiene tensión; tiene buenas escenas; los actores tienen cierto carisma; y sobre todo, la última media hora estilo primera media hora de ‘Salvad al soldado Ryan’ o ‘Black Hawk Derribado’ salvan algo el conjunto, con el asalto a la capital y a la Casa Blanca (aunque igualmente absurdo e incomprensible en el modo y el no saber el porqué de nada), pero intensifica más la decepción de lo que podría haber sido y no fue.
Hasta el desenlace del film, hay momentos de aburrimiento, de perplejidad por ciertos estereotipos y mensajes subliminales muy mainstream, que no son malos o buenos en sí, sino que una vez más están lastrados por la nula información de que ha pasado, está pasando y por qué está pasando, con un final que aún te hace alucinar más y que más bien parece una parodia o alegato extraño de no se sabe bien qué, una vez más en medio de una acción y decisiones inverosímiles en una supuesta guerra civil en Estados Unidos.
Parece mentira que Alex Garland haya firmado grandes guiones como ’28 días después’ (de la que saca planos que son casi idénticos) o ‘Sunshine’, una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años. Aquí impregna el texto de un supuesto gran realismo y crudeza pero que no llega a traspasar la pantalla por el fallo de concepto y de personajes, logrando lo contrario, que no te creas casi nada de lo que ocurre.
