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Huelga decir el filón que es plasmar en la pantalla cómics míticos gracias a la revolución tecnológica que ha experimentado el cine. Huelga decir también que el «millernarismo» llegó hace unos años con la apuesta segura que es Frank Miller para la industria: 300, Sin City, Batman: el caballero oscuro, Daredevil… Tras el éxito de 300 era de esperar una segunda entrega, en esta ocasión dirigida por Noam Murro (Gente Inteligente) en sustitución de Zack Snyder. Paradoja: 300: el origen de un imperio mejora a su antecesora y sin embargo te queda un regusto amargo, repetitivo, de estirar demasiado la cuerda por su limitado desarrollo fondo-forma.
Como no podía ser menos todo es más espectacular que la anterior, añadiendo flashbacks y elipsis temporales para cubrir causas y consecuencias de la guerra que supuso finalmente la invasión de Grecia por parte de los Persas. No busquemos rigor histórico pero nos basta para hacernos una idea de esa crucial época de la historia antigua, aderezada, por no decir sobre-condimentada, con los grandes toques fantástico-mitológicos de Miller, y por supuesto -como en su predecesora- slow motion, escenarios en CGI y músculos a go-gó.
El espectáculo visual es inenarrable, supera con creces a 300, pero no dejas de tener la sensación, con momentos ya de cansancio, de no dar más de sí la historia, de tener bastante exhibición de efectos y de batallas por mucho tiempo. Y tanto es así que servidor, con apenas tres párrafos, tiene igualmente la sensación de estar ya escribiendo de más. No obstante, el negocio manda, Murro ha anunciado nuevas entregas.
En definitiva, para fans de Miller y de la primera entrega de 300 es casi obligado su visionado, no por aportar más sino por mejorar el aspecto técnico, de lograr la virguería, que no es moco de pavo en un proyecto que tienen como principal objetivo ése, no nos engañemos: ir a más en lo técnico. Para el resto sería suficiente dosis el film de Snyder pero un consejo: busquemos el origen, vayamos a una buena librería de cómics y disfrutemos de un genio como Frank Miller y de los placeres que nos depararán futuras versiones cinematográficas de sus historias. Qué grande es el cine. Qué grande es el cómic.
Lo mejor: ir a más en lo técnico sin más, sin pretender ir a mejor en otros aspectos porque no daba para ello.
Lo peor: parte del discurso de lo arriba expuesto (sí) más una sensación de historia agotada.
Estreno: 7 de Marzo.
300 (2): más de lo mismo aunque mejor
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