El perro es el mejor amigo del hombre y el averiguar cómo comenzó todo, cómo el lobo derivó en una raza de canes domesticados por el hombre podría parecer interesante. Si además añadimos parajes impresionantes y un relato ambientado en el Paleolítico de hace 20.000 años pues la cosa podría prometer. Sin embargo, todo queda en poco y con la sensación tras abandonar la sala de haber perdido dos horas de tu vida. Además, leyendo ciertas investigaciones, se hace difícil de creer que el origen de ese idilio hombre-perro fuera por algo tan puntual.
‘Alpha’ relata la peripecia de un adolescente que tras un accidente le da la tribu por muerto. Tras sobrevivir, emprende el regreso a casa sin apenas garantías de éxito pero tras un encontronazo con una manada de lobos, hiere a uno de ellos y lo que comienza como una necesidad mutua de supervivencia que debería acabar en un «cada uno por su lado», acaba en una amistad. Esta mezcla de historia natural, aventura e incluso antropología (se cuida mucho el realismo y costumbres que se suponen de esa época y todos los diálogos son una lengua desconocida), deriva tras un comienzo ilusionante en aburrido periplo tantas veces visto de vuelta a casa y supervivencia extrema al estilo ‘El Renacido’ pero sin la magia de ‘En busca del fuego’ de Annaud.
El protagonista Kodi Smit-McPhee hace un gran trabajo pero tampoco es Di Caprio y es difícil mantener el peso de toda una película y más compartiendo planos con un lobo. A medida que avanzaba el metraje te empezaba a dar igual su periplo, sabiendo además cómo va a acabar. Y poco más que añadir, desgraciadamente: puede ser pasable para una soporífera tarde de sobremesa, aunque el efecto puede ser contrario al buscado, pero podría haber sido una historia más completa, apasionante, bella e intensa a nada que se hubieran pulido o cambiado algunos elementos. Es correcta en todos los órdenes pero absolutamente plana y olvidable en su conjunto. Ya de hecho me ha costado escribir tres párrafos sobre ello.