La primera sesión doble de esta edición de TerrorMolins2021 se estrena con Agnes + Andra Sidan (The Evil Next Door). Una posesión demoníaca en un convento de monjas lleva a un sacerdote y su novicio a investigar el suceso. A partir de aquí se pueden prever los típicos clichés del subgénero de posesiones pero Mickey Reece (director y guionista) no está muy interesado en tirar de ese hilo. Intentar hacer un planteamiento novedoso y original con un subgénero un tanto manido está bien pero en este caso la película acaba cayendo en un ritmo demasiado pausado y desigual que puede acabar por expulsar de la historia a más de uno.
La película está dividida en dos bloques. El primero de ellos encara la trama hacia el conflicto de los religiosos contra el mal. Agnes es la monja poseída, confinada en una habitación y que será la protagonista del exorcismo hecho con más desgana de la historia de las posesiones cinematográficas. Este bloque sirve para presentarnos al personaje principal del film, la monja amiga de Agnes, Mary (Molly C. Quinn). Mary y Agnes tenien una relación cercana y de confianza. La posesión de su amiga derivará en el abandono del camino eclesiástico por parte de Mary e iniciará su proceso de reinvención.
A partir de aquí, empieza el segundo bloque, completamente alejado del primero, en el que Mary intenta rehacer su vida desde cero. Mary trabaja en un supermercado bajo las órdenes de un supervisor baboso interpretado por Chris Sullivan, el carismático Toby de This is Us; sobrevive en un apartamento minúsculo y prueba a reconstruir su vida siguiendo los pasos de su amiga Agnes antes de convertirse en monja. Destacable el papel de Sean Gunn como monologuista de pacotilla.
La transición entre bloques es probablemente el elemento que más cuesta digerir por su brusquedad. Se pasa del clímax de un exorcismo a un anodino slice of life costumbrista. Vale la pena ver el trailer antes de valorar la película. El 95% de las imágenes que hay forman parte del primer bloque y crean una expectativa que dista mucho de la realidad. Una lástima porque apuntaba maneras.