Un hombre es contratado por un amigo para cuidar de su sobrina con problemas mentales en una cabaña remota y aislada. Caveat (Reino Unido, 2020, Damian McCarthy) es una película muy atmosférica, con pocas localizaciones (básicamente la cabaña) y con una puesta en escena muy acertada.
Pese a que hay que tragar con una premisa un tanto absurda, una vez metidos en harina la historia va absorbiendo más y más hasta el final. El aparente bajo presupuesto del que cuenta el film no perjudica la factura del film. La excelente banda sonora y los cuidados aspectos estéticos de la película consiguen crear una experiencia inmersiva total.
No es un peliculón ni intenta reinventar la rueda, ni falta que le hace. Vale la pena dejarse llevar por la historia hasta desvelar el misterio que esconde la cabaña. Ciertamente, se vuelve un tanto reiterativa una vez se han mostrado todas las cartas y el final es un tanto predecible pero, en suma, son 88 minutos bien disfrutables. El icónico conejo tamborilero al más puro estilo conejito de Duracell será recordado, sin duda.
