La bolsa siempre es algo tan enigmático para el ciudadano de a pie, que para empezar es algo donde aflora la dualidad de amor-odio. Quieres ser como esos grandes inversores y forrarte pero a la vez les odias y desearías que se hundieran. Pues ‘Golpe a Wall Street’ (‘Dumb Money’) narra un hecho real que acaeció hace apenas dos años y que seguro que te suena, donde pequeños inversores preferían perder si así perdían también los peces gordos, que retirar ganancias y ser ricos como ellos. El título en inglés no es casual, puesto que los grandes inversores llaman así al dinero de la gente corriente: ‘dinero tonto’.
Fue el caso de la empresa de venta de videojuegos y accesorios, GameStop, y nada mejor que lo veas gráficamente. Sí, ese pico enorme en la acción es el quid de la película. Como ves, actualmente su precio volvió a su ser y es solo una empresa más en la maraña bursátil, sin mayor interés. En 2021 el youtuber Keith Gill, tras estudiar los fundamentales de la compañía, apostó fuerte por ella, metiendo todos sus ahorros. La bola fue creciendo y pequeños inversores fueron comprando (poniéndose largos en el argot), haciendo subir el precio de la acción hasta las nubes.
David contra Goliat
‘Golpe a Wall Street’ cuenta esos meses de locura, donde por una vez los pececillos inversores que ponen sus pequeños ahorros llevan la voz cantante, y no los grandes gurús bursátiles y los fondos poderosos, si bien van alternando ambos puntos de vista. El resultado es una cinta entretenida, claramente posicionada en los más humildes y con un Paul Dano que recrea un personaje interesante pero que, no por él sino por el enfoque del director, se queda ahí, sin profundizar más.
Con la crisis de 2008 surgieron películas sobre las finanzas, donde destacan ‘La gran apuesta’ y ‘El lobo de Wall Street’. Pero ahí los conceptos eran más complejos y de hecho los directores, Adam McKay y Martin Scorsese, respectivamente, optaban por cortes donde un personaje nos explicaba como si fuéramos tontos cómo funcionaba el complejo engranaje de stocks, chicharros, posiciones cubiertas, etc.
En ‘Golpe a Wall Street’ te puedes implicar más porque podrías haber sido uno de los personajes reales y que salen en la película: un propio trabajador de una tienda de GameStop, una enfermera en plena pandemia, dos estudiantes con deudas universitarias, etc. Todos ellos solo tienen que deslizar su dedo en el móvil y comprar o vender, así de sencillo. Pero la guerra por derribar a los grandes es tal que nadie vende, a pesar de que llega un momento que muchos ya se habían hecho millonarios, sobre todo Keith Gill.
Pero todo se sale de madre, con lo que las malas artes de los grandes inversores no se hace esperar, dando paso a la última parte de la película, donde aumenta la tensión dramática, pero que no llega a explotar, quizá porque la historia en sí no da para más, o quizá porque los personajes, construidos con trazo grueso, no llegan a calar hondamente. La lucha de David contra Goliat interesa pero no apasiona.
Agradable pero ¿olvidable?
No obstante, la cinta está rodada con ritmo, hay actores de renombre y te mantiene interesado aunque conozcas la historia. Sin embargo, al salir del cine se olvida fácilmente y no hay ninguna escena que quede en el recuerdo, como pasaba en ‘La gran apuesta’ y más aún ‘El lobo de Wall Street’. Pero Craig Gillespie, el director de ‘Yo Tonya’ o ‘Cruella’ demuestra saber lo que tiene entre manos y no mete la pata con el guion o la dirección. Digamos que hace bien su trabajo, pero no deslumbra en ningún momento.
Lo que sí logra es que reflexionemos sobre la locura que supone mezclar la bolsa con las redes sociales y las aplicaciones móviles. Miles de acciones a golpe de clic y la inversión como especie de casino, si bien, como en este caso, puede ser objeto de lucha de unos pocos contra toda la maquinaria de grandes fondos de inversión para subir un activo y poner en apuros a los tiburones que tenían posiciones cortas, como era el caso de GameStop. Una curiosa lucha entre nerds y yupis, como apunta la película.
Estreno: 15 de septiembre
