Ninja Turtles: ¿sí? ¿seguro?

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Desde hace algunos años los treintañeros vivimos en una especie de nube nostálgica que, si bien tenía su gracia al principio, ha llegado a unos niveles de lo más cansinos y absurdos. Hay desde libros hasta cuentas de Twitter que se dedican a recuperar cosas que tampoco era necesario recuperar, y parece que todo lo ocurrido durante el EGB fue la repanocha. Nuestra generación tiene cierta fijación por los «buenos viejos tiempos», y no sé si en EEUU ocurre algo parecido, pero está claro que a Hollywood le ha pillado el gusto a recuperar éxitos de los ochentas y noventas para deleite de este público ávido de saborear la dulce nostalgia. Por nuestras pantallas ya han pasado las versiones cinematográficas del Equipo A, Corrupción en Miami, G.I.Joe, y por supuesto, Transformers. Lo confieso, no he visto ninguna de ellas, y por lo que me cuentan no me he perdido nada en absoluto. Y ya que hablamos de Transformers, hablemos del productor Michael Bay y de su capacidad infinita para coger todas esas historias míticas, esos buenos recuerdos, y mearse encima sin reparos. Básicamente esto es lo que ha hecho en la enésima exploitation de nuestra mitología particular: las Tortugas Ninja.
Pedirle a Bay que respetara el cómic original era algo  demasiado atrevido, de hecho la serie de dibujos animados que fue la auténtica responsable de la «Turtlemania» en los noventa distaba mucho del tono oscuro de las páginas de Eastman y Laird. Pero a pesar de todo, la serie tuvo la decencia de respetar la historia original, y que se reescribe completamente en esta Ninja Turtles. Claro que si aceptamos creer que cuatro tortugas y una rata pueden antropomorfizarse y aprender ninjutsu gracias a un liquidillo verde, podemos aceptar cualquier otra explicación de sus orígenes, pero es que en esta película se ha procurado, de forma muy torpe, ligar la historia de las tortugas con la historia de April O’Neil, algo totalmente innecesario, muy barato y poco creíble (hay un número limitado de coincidencias del destino que uno es capaz de aceptar).
La pataleta de fan indignado podría terminarse ahí si, al menos, la peli ofreciese suficientes argumentos para que uno se olvidase de la filigrana del origen de las tortugas y el maestro Splinter (¿aprender ninjutsu con un libro? ¡venga ya!), pero a medida que avanza el metraje, se hace evidente que Ninja Turtles no deja de ser el típico producto de Hollywood de encargo, sin creer en ningún momento en lo que se está haciendo, sin pasión alguna, sin ese cariño que hoy en día pedimos a todos aquellos directores que se atreven a jugar con nuestros héroes. El malo maloso de Shredder queda relegado al típico boss de final de nivel con una armadura más robótica que samurai,  y el otro malo (sí, hay dos, ¡sorpresa!), parece sacado de un manual de «el típico empresario-científico con ansias de poder». Después tenemos la pareja de humanos, April y el cámara, de lo más insulsos y faltos de gracia, que además acaban siendo más protagonistas de lo necesario… y es que si algo se puede salvar, son precisamente las tortugas. Son Michelangelo, Donatello, Leonardo y Raphael los únicos que de vez en cuando consiguen arrancar una sonrisa, y los encargados de ofrecer los momentos que sí interesan. Pero al final, como todo en esta película, incluso las cuatro tortugas se vuelven previsibles y pierden parte de su encanto.
La acción es algo que no puede faltar en cualquier película de Michael Bay (aunque en este caso la dirija Jonathan Liebesman), aunque esté rodada con ese pulso caótico marca de la casa. Si bien algunas de las escenas están perfectamente encuadradas dentro de la trama, en otros casos nos encontramos con momentos de esos que «tienen que salir sí o sí», vengan o no a cuento, corten o no el ritmo y la lógica del argumento. Hay una larguísima persecución/caída enmedio de la nieve que, a pesar de ser lo más espectacular de la película y tener algunos buenos momentos, parece metida con calzador… como si todo se hubiese construído alrededor de esta escena de acción y todo el resto sea secundario (SPOILER: como la baja, supuestamente de un personaje medianamente importante, que acontece… FIN SPOILER). Por cierto, mención aparte merece el tratamiento estético que se ha hecho del Clan del Pie. Que sí, que los trajes que se utilizaron en la primera versión cinematográfica eran bastante ridículos, pero al menos tenían un encanto ninja que aquí desaparece completamente, en favor de un look más propio de un videojuego de los Rainbow Six de Tom Clancy.
Reconozco que de pequeño aluciné con la primera película de las Tortugas Ninja, y también que las dos secuelas eran totalmente innecesarias. También es cierto que durante años he oído como se desprestigiaba esa primera aventura cinematográfica de los héroes con caparazón, pero después de ver estas Tortugas Ninja del siglo XXI, creo que muchos pueden volver a reconsiderar su opinión de la primera (al menos como adaptación). Michael Bay nos ha ofrecido un producto insulso, falto de carácter, a momentos incluso aburrido (¡más de uno se ha dormido!), algo que podría haber sido una peli de las Tortugas Ninja o cualquier otro superhéroe de tres al cuarto.
LO MEJOR: Algunos momentos de las cuatro Tortugas (aunque pocos).
LO PEOR: Todo lo demás.
 

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2 Comentarios

  1. Lo siento Sr. Urias, pero no estoy de acuerdo en una cosa. Esta película no está hecha para los treintañeros nostálgicos sino para una nueva generación de seguidores. Las licencia se renueva cada 10 años para enganchar a los niños, y lo hace con una serie, película y línea de juguetes muy diferentes entre ellas.
    Y el Sr. Bay ha sido muy listo, y le ha dado a la generación de ahora el cine-espectáculo que consumen, no sería lógico para un niño de hoy en día una propuesta tan serie B como la primera película.
    Todo esto lo digo porque, como treintañero y fan de las tortugas fui al cine acompañado de mi sobrino de 8 años y la cara que tenía mientras veía la película fue la misma que tenía yo cuando vi la de los 90.
    Tal vez para juzgarla no la tengamos que ver como adultos nostálgicos de la serie, sino como el público al que va dirigido. Y vista así, es sencilla, es espectacular, es divertida y tiene un chiste de pedos. ¿Qué más se le ha de pedir?
    Cowabunga!

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  2. Buenas!
    Tienes toda la razón del mundo, probablemente. Esta peli no iba dirigida a mí. Pero… lo que no puedo hacer, porque no sería honesto, es intentar hacer una crítica poniéndome en la piel de un chaval de 10 años, porque no sé qué es lo que tiene en la cabeza. La crítica es desde mi punto de vista, porque no puedo hacerla de otra manera.
    Que gusta a los chavales? Pues más de uno ya me lo ha comentado, y si es así, fantástico, me alegro por ellos!

    Responder

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