Película de acción real estrenada en 1976. Está dirigida por Juan Estelrich March y protagonizada por Fernando Fernán Gómez, Mantine Andó, José María Mompín, Charo Soriano, Claude Dauphin, Maribel Ayuso, Eduardo Calvo, Ángel Álvarez, Ricardo G. Lilló, Isabel Mestres y Luis Ciges.
Lo primero que pensé al ver la película es: ¡vaya baño! Aparte de ser enorme, mis baños son mucho más pequeños, está muy aprovechado. La película sucede exclusivamente en ese baño, no aparece ningún otro escenario. Este escenario es cambiado a lo largo del film según la utilización que se le da. Habiendo escenas que parece que están en la sala de estar pero siguen en el baño. De verdad no sabéis de lo que puede dar un baño de sí.
Es una película de interés filosófico. A nivel superficial es una película bastante boba, entretenida, cargada de escenas sensuales, con un reparto bastante bueno, salvo el personaje de Arabel, y que tira a la comedia.
En un plano filosófico, el baño representa el jardín del edén (el baño es donde nos desnudamos, donde acudimos solos mayormente, la aparte más íntima), Abel sería Eva o la tentación de la carne y el resto de personajes serían la tentación por el dinero. El protagonista decide encerrarse en el baño, comportamiento egoísta, aislándose de la sociedad y encerrarse en su jardín del edén donde se enriquece culturalmente.
Abel intenta sacar al protagonista del cuarto de baño tentándole. Esto se da sin éxito a lo largo de toda la película. El problema es que se convierte en el manzano que solo se haya en el paraíso, por lo que si el protagonista sale dejará de tener su manzano. La película muestra cómo funciona la tentación del dinero y como no podemos vivir eternamente en el jardín del edén y la decisión que toma el protagonista ante esa tesitura.
En fin, muy recomendable. Una película extraña, pero interesante.