It o la nostalgia del terror

El payaso Pennywise irrumpe en Derry cada 27 años; 27 años más tarde de la primera adaptación de la gigante novela de Stephen King, ‘It’, Andrés Muschietti fue finalmente el elegido para hacer la siempre versión definitiva de este clásico del terror, no la mejor novela del maestro del género pero sí una de las más icónicas. Prescinde de diversos elementos (afortunadamente de la mucha ‘paja’ que tiene el libro de 1.500 páginas) y acertadamente se centra en la pandilla de niños y la lucha con el payaso (inmenso Bill Skarsgard, que hace olvidar a Tim Curry).
La nostalgia y el terror están servidos, en una especie de ambientación spielbergiana que sustituye con acierto los originales años 50 por los 80 para regocijo de mi generación, pero sin que prime sobre el efecto principal que debe de «triunfar». El grupo de niños más carismático y cohesionado desde los Goonies ya es suficiente para disfrutar del film desde el minuto uno pero las escenas de terror encajan a la perfección con los momentos nostalgia y de humor que impregnan también la novela. Vale, es cierto que ya circulan las similitudes de ciertos planos y escenas respecto a su predecesora pero la puesta en escena contundente y delicada a la vez gana la partida aquí y ahí es donde el toque argentino se nota y me da la razón en mi debilidad por ese cine.

Fotograma de ‘It’: Pennywise acecha


 
Se evitan ciertos excesos que no voy a desvelar a quien haya leído o no el libro pero la esencia está: los miedos que están en cada uno y a los que hay que enfrentarse, los demonios cotidianos que pueden ser de tu propia familia y que alimentan a la bestia de las pesadillas y marcan tu vida; la valentía, la lealtad y la tendencia a abandonar individualmente sin intentar siquiera el triunfo de lo colectivo frente a lo desconocido o la amenaza. Las múltiples lecturas y aristas de ‘It’ son perfectamente reconocibles en esta cinta que reivindica lo sutil y descarnado, lo más loable y lo más abyecto, porque el ser humano, las comunidades, son ‘eso’. Y ‘eso’ es lo que Muschietti quiere mostrar con el aplauso del propio Stephen King tras verla. ‘Eso’ son muchas cosas a la vez y una en particular: miedo como ausencia de felicidad, antítesis de liberación. Las lecturas están servidas.
‘It’ se convierte en un candidato a clásico del género, a la espera de la continuación. Imposible de haber condensado en una sola película, en esta ocasión afortunadamente. ‘It’ atrae y repele a la vez, como tantas veces nos pasó en la infancia con nuestros terrores y fobias, con nuestros más profundos temores siempre reacios a superarlos pero con la chispa interior de revelarnos y luchar en la batalla final hacia la liberación. La pandilla lo sabe, supuestos fracasados, abusados por quienes se alimentan de ese miedo y donde Pennywise tiene una mina a explotar. Tranquilos, amigos, no va a haber que esperar 27 años para que la pesadilla vuelva y disfrutemos de ella.

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