[xrr rating=3.5/5]
Uno de los mayores miedos del ser humano es quedarse encerrado, aprisionado, arrestado, o enterrado vivo. Vamos, todo lo que conlleve un lugar más o menos pequeño, aislado del mundo y de difícil escapatoria. Escenas y momentos que hacen plantearnos a todos la misma pregunta: “¿Yo qué haría?”. El cine es una de esas formas de “jugar” con este temor psicológico que se apodera de la mayoría de nuestras mentes. Empezó Billy Wilder en 1951 con El Gran Carnaval, donde un lugareño se quedaba encerrado bajo tierra. Desde ahí, esta manera de entrar de forma angustiosa en la mente del espectador ha dado lugar a diferentes cintas: La Habitación del Pánico (David Fincher) o las más recientes: Buried (Rodrigo Cortés) y La trampa del mal (John Erick), entre otras.
Andrés Baiz Ochoa (más conocido como Andy Baiz) el director colombiano más cercano al mundo del cortometraje que al de las cintas de larga duración, reaparece para unirse a “esta forma de hacer cine” y nos presenta un thriller psicológico e inquietante que vuelve aflorar ese pánico que todos tenemos a quedarnos encerrados en algún lugar.
Adrián (Quim Gutiérrez) un maestro de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y su novia Belén (Clara Lago) parecen estar enamorados. Pero cuando Belén empieza a dudar de su fidelidad, desaparece sin dejar rastro. Afligido, Adrián encuentra consuelo tanto en su música como en los brazos de una hermosa camarera, Fabiana (Martina García). Pero a medida que la pasión entre ellos crece, las preguntas sobre la misteriosa desaparición de Belén comienzan aflorar.
En principio, el montaje de esta cinta de Baiz es excelente. La película se consigue ver desde dos distintos y claros puntos de vista: desde dentro y desde fuera. El punto de giro más significativo es el flash-back que resuelve los porqués del pasado y se centra en un futuro nada premonitorio. Así, este montaje narrativo ejecutado por Baiz hace que se nos presente un largometraje de lo más exquisito y atractivo. Quizás uno de los momentos más esperados durante la película (para todo aquel que, obviamente, haya visto el tráiler) sea el instante en el que Clara Lago se queda encerrada y pide ayuda desesperadamente. Ocasión en el que la incertidumbre y la angustia van in crescendo, atrapando al espectador y enganchándole cada vez más.
Además, todo aquel que sea amante de la música clásica disfrutará más que cualquier otra persona con el largometraje y sobre todo con distintas escenas, que acompañan a la sobresaliente interpretación de Clara Lago, Quim Gutiérrez o Martina García, para darle, si cabe, un toque más inquietante. Beethoven o Tchaikovski serán esenciales para apoderarse completamente de la atención del espectador. Todos estos elementos, son tal vez, una de de las mayores causas por las que la película se muestra sorprendente, inquietante, asfixiante y sobre todo irreal.
La cinta está centrada en dos relaciones (la de Belén y Adrían; la de Fabiana y Adrián), ambas con el mismo problema. Un amor celoso y posesivo transformado casi en esquizofrenia y locura. La pasión desatada de Belén y de Fabiana choca bastamente con la frialdad que muestra el personaje de Adrián. Pero en este caso, la mención especial se la lleva Clara Lago, más madura que En el Juego del Ahorcado, la actriz clava su personaje. Y no habría otra forma de calificar su interpretación, más que soberbia.
Puede que lo peor de todo sea el surrealismo del que peca el guión en algunos momentos. Pero aún así, La Cara Oculta no será una de esas películas que dejan indiferentes a todo aquel que la vea.
La cara oculta
Dinos tu opinión!
0 0