Kassie (Jennifer Aniston) es una mujer soltera e independiente que se acerca a los cuarenta y desea a toda costa ser madre. Para ello ha decidido recurrir a un donante de semen y tener a su hijo ella sola. Su mejor amigo, Wally (Jason Bateman), enamorado de ella desde que la conoce intenta convencerla para que no lo haga. A pesar de todo Kassie decide no hacer caso a Wally e ignorar su consejo. Durante la fiesta de la fecundación, Wally, borracho, hecha a perder la muestra de semen del donante y decide sustituirla por la suya propia ocultándolo a todos.
De Un pequeño cambio (The switch) como buena comedia romántica, se puede esperar que en general agrade a los espectadores y horrorice a los eruditos del cine. Pues bien, yo no soy erudita y la película de la Aniston tiene a su favor no ser excesivamente pretenciosa pero resulta redundante y aburrida. Y eso me horroriza. Ni siquiera es entrañable o nostálgica, repite su argumento hasta la saciedad y más que empatizar con sus protagonistas puedes llegar a odiarlos seriamente. Ni ella es tan valiente ni el tan gracioso. La película hace un recorrido que cansa al espectador y que hace perder la ilusión por el final feliz, lo único que a pesar de ser previsible, puede alegrarnos de una comedia romántica al uso.
Jennifer Aniston no nos sorprende una vez más en un género en el que parece haberse acomodado y del que no quiere salir ni a patadas. Me molesta que desde The Good Girl (2002), la actriz no haya sido capaz de hacer algo decente en la gran pantalla. Y este papel, que parecía tener que ver más con ella y que podía haber sido la excusa para interpretar un personaje femenino, algo más complejo y subjetivo, no hace más que alargar la espera de ver a la actriz haciendo algo más que lucir pelo bonito.
