Lope

Lope cuenta una pequeña parte de la intensa vida del dramaturgo, escritor y poeta  español Lope de Vega. El prolífico escritor también tuvo una intensa vida amorosa ,fue víctima de envidias y tuvo tantos enemigos como amigos. El biopic se centra en la juventud del artista. Corre el año 1588 cuando tras volver de la guerra, el joven Lope (Alberto Ammann) decide centrar sus energías en su carrera como dramaturgo y poeta. Dos mujeres mantendrán su corazón entretenido, la hija de un productor de teatro, Elena Osorio (Pilar López de Ayala) y la de una dama de la corte Isabel de Urbino (Leonor Watling). El amor por estas dos mujeres y sus nuevas ideas sobre el teatro le harán enfrentarse a todos, condicionando su futuro y revolucionando los escenarios castellanos.

La evolución dramática del film te va llevando de la mano sin prisa pero sin pausa,  los conflictos se suceden y aunque a veces no quedan claras las motivaciones reales de su protagonista la idea principal está bien desarrollada, Lope era un hombre que se revolvía en su condición social y que poseía un alma inconformista. La película tiene una duración más que aceptable y el final llega antes de lo que lo empieces a echar de menos.  Las interpretaciones pasan sin pena ni gloria, aunque hay que destacar la de Leonor Watling que brilla por su naturalidad. Un gran acierto haber incluido en el reparto a Luis Tosar como el fraile amigo de Lope,  da gusto ver al actor en cualquier papel. Y ya imagino que siendo un biopic de uno de los grandes de la literatura española, los diálogos iban a estar salpicados de versos del artista. El problema es que la mayoría de las  veces son tan forzados que el empeño se transforma en vergüenza ajena.

Lope tiene aires de superproducción, sus trece millones de euros de presupuesto lo confirman. Sus productores tienen muy claro que se dirigen al gran público, trío amoroso, caras conocidas, romance, aventuras, la vida de Lope da material para eso y mucho más. La propuesta de partida es original y novedosa, retratar a Lope de Vega como un joven apasionado, alocado e impetuoso. Romper con la imagen de literato remoto y soporífero acercándonos al verdadero ser humano. Que el director sea el brasileño Andrucha Waddington (Yo, tú, ellos) puede ayudar a huir de convencionalismos  pero la película irremediablemente cae en escenas típicas y previsibles que nos hacen dejar de soñar con una propuesta novedosa y revolucionaria como lo fueron las ideas de Lope en su momento. Una pena.

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