El que dijo que los Dioses ayudan a los que se levantan temprano no estaba ayer por la mañana en Sitges. Madrugón de narices, 40 minutos de viaje, el habitual atraco impune de los peajes del Garraf (más de 5 napos), sesión matinal en El Prado y ¡zasca!, una de esas proyecciones que dejan a uno traspuesto. Eso nos pasa por ir de vanguardistas y perder la chaveta por ver una película húngara, 1, para más inri obra de un debutante (Pater Sparrow).
1 arranca cuando en una prestigiosa libreria de ejemplares raritos se descubre que todos los libros han sido sustituidos simultáneamente por una única obra, que no tiene autor ni editor aparente, titulada ‘1’. Un tocho de cubiertas blancas que contiene principalmente cifras. Las cuatro personas presentes a la hora del suceso serán confinadas para un interrogatorio mientras que en paralelo se descodifica el significado de tan misterioso libro: lo que el almanaque describe es todo lo que le ocurre a la humanidad en el espacio de 1 minuto.
Esta película, escogida para de la sección Discovery, está basada en el ensayo One human minute, del escritor polaco Stanislaw Lem (Solaris). El film es un batiburrillo de frases crípticas, asociaciones de ideas y reflexiones filosóficas, apoyadas por sugerentes imágenes en color y blanco y negro, mezcla de escenas de ficción y fragmentos procedentes del fondo de archivo (noticias, documentales). Una apuesta radical por un cine de marcado carácter visual y desmesuradas ambiciones reflexivas, por lo menos excesivas para una proyección tan temprana. Ignoro cómo fue recibida en el pase nocturno, pero en su estreno matutino dejó al público completamente ko.
Ignoro también si se necesitan múltiples visionados para abarcarla en toda su magnitud. Espero que sea así, porque si una película no habla por si misma y requiere de un tratado de filosofía para ser comprendida, mal futuro le auguramos. Tal vez lo único que pretendía Mr. Sparrow era que fueramos conscientes de todo aquello que rodea a nuestra existencia, a tener un concepto humano global. Entonces me pregunto si era necesario tanto artificio.